En el corazon de un sueño compartido
nacio…
los chilacos
Fundado en el año 2008 por Pablo Rodríguez y Marisol Baldión, una pareja con más de 29 años de experiencia en el arte del asado al carbón. Lo que comenzó como una pasión por la cocina tradicional, se transformó en un proyecto de vida, alimentado por el amor, la dedicación y el deseo de compartir con otros el auténtico sabor colombiano.
Desde sus inicios, Los Chilacos ha sido mucho más que un restaurante.
Es una mesa servida con cariño, donde el fuego no solo cocina, sino también une. Cada platillo cuenta una historia, cada aroma despierta un recuerdo, y cada visita se convierte en un momento para disfrutar como en casa.
En los chilacos…
Queremos brindar a nuestros clientes experiencias auténticas y memorables, donde el sabor de la brasa, la calidez del hogar y la frescura de lo natural se unen en cada plato. Nuestro propósito es que cada persona que nos visite se sienta como parte de nuestra familia. Soñamos con convertirnos en el asadero más querido de la región, no solo por el sabor de nuestra cocina, sino por la forma en que tratamos a cada cliente, colaborador y proveedor: con respeto, cariño y compromiso.
contamos con recetas propias
Que nacieron en nuestra cocina familiar y se han perfeccionado con amor.
Nuestro espacio está pensado para que te sientas cómodo, tranquilo y en confianza, como si estuvieras en la sala de tu casa. Detrás de cada plato hay corazones que laten con pasión.
Nuestro equipo está formado por personas maravillosas: desde los parrilleros que dominan el fuego con maestría, hasta el personal de atención que recibe a cada cliente con cariño y respeto.
valoramos…
A quienes hacen parte de esta familia: madres solteras luchadoras, nuevos emprendedores con sueños grandes, personas que encuentran en Los Chilacos no solo un trabajo, sino un lugar para crecer y prosperar.
Apoyamos a productores locales, apostamos por ingredientes orgánicos y frescos, y trabajamos de forma sostenible para cuidar lo que nos rodea.
Creemos en crecer juntos, en tender la mano a quien lo necesita y en devolverle a nuestra comunidad todo lo que nos da. Porque para nosotros, servir comida también es servir amor, gratitud y esperanza.
